El Defensor del Pueblo de Navarra ha emitido una resolución en la que sugiere a la Mancomunidad de la Comarca de Pamplona que revise y flexibilice la actual normativa que regula el acceso de animales de compañía a las «villavesas». Esta recomendación surge a raíz de una queja presentada por la Asociación de Ayuda a Jubilados y sus Familiares (A.J.F.), que denuncia las dificultades que enfrentan muchas personas mayores para desplazarse con sus mascotas, al exigirse que los animales viajen enjaulados y en transportines de dimensiones reducidas.
La presidenta de la entidad promotora de la queja argumenta que esta limitación deja en situación de aislamiento a numerosas personas mayores que dependen de sus mascotas como apoyo emocional. «Cada vez son más quienes tienen animales de compañía como parte esencial de su vida cotidiana. Sin embargo, no pueden usar el transporte público con ellos, lo que les obliga a quedarse confinados en sus barrios», recoge el escrito. También señala que en otras ciudades europeas y españolas existen normas más inclusivas que permiten el acceso con animales bajo ciertas condiciones, como el uso de correa o bozal.
El Defensor del Pueblo, tras estudiar el caso y la legislación vigente —incluida la Ley 7/2023 de protección de los derechos y el bienestar de los animales—, concluye que la Mancomunidad podría favorecer en mayor grado el acceso de los animales de compañía al TUC, siempre que se mantengan ciertas limitaciones para garantizar la convivencia y los derechos de todos los pasajeros.
En respuesta, la Mancomunidad ha defendido el actual marco normativo, alegando que la alta densidad de ocupación en las villavesas —con una media de 150.000 pasajeros diarios y hasta 15.700 por hora punta— hace necesario mantener unas condiciones estrictas de seguridad y salubridad. En su informe técnico, señala que la normativa actual ya permite el acceso de animales pequeños si van en receptáculos adecuados y que su regulación es similar a la de otros municipios.
No obstante, el Defensor considera que es posible un mayor grado de inclusión y sugiere que se revisen las exigencias para adaptarlas a las necesidades reales de la ciudadanía, como ya se ha hecho en otras ciudades. La sugerencia no obliga, pero abre la puerta a un nuevo debate sobre el modelo de transporte público y su adaptación a las nuevas realidades sociales, especialmente las vinculadas al envejecimiento de la población y al vínculo afectivo con los animales.
La pelota queda ahora en el tejado de la Mancomunidad, que deberá decidir si inicia una modificación de la ordenanza o mantiene el criterio actual. Mientras tanto, colectivos ciudadanos y asociaciones de mayores ya han comenzado a movilizarse para impulsar un cambio normativo que permita viajar en villavesa con mascotas sin necesidad de transportín.