El reciente acuerdo alcanzado entre EH Bildu, PSN, Geroa Bai y Contigo-Zurekin en el Ayuntamiento de Pamplona para ampliar la oferta de plazas en euskera en las escuelas infantiles municipales ha sido recibido con críticas por parte de Iruñeko Euskalgintza, la red de entidades que trabajan en favor del euskera en la capital navarra. Pese a valorar el aumento de 102 plazas en euskera como un pequeño avance, la plataforma lamenta que el acuerdo siga perpetuando, a su juicio, la marginalidad del euskera en el sistema educativo de la ciudad.
Según han denunciado, el acuerdo prevé que la nueva haurreskola de Donibane ofrezca 43 plazas en euskera, que se sumarán a las 16 adicionales en la escuela infantil de Arrosadia y a las 43 que se implantarán en Mendebaldea. Sin embargo, Iruñeko Euskalgintza subraya que en ninguno de estos centros se implantará un modelo de inmersión lingüística, lo que consideran una oportunidad perdida, especialmente en Donibane, donde la nueva escuela infantil se abrirá con un modelo mixto (castellano y euskera), sin un espacio propio de inmersión total.
Actualmente, la única escuela infantil de Pamplona que ofrece un modelo de inmersión en euskera es Izartegi, en el barrio de la Txantrea. El resto de centros que ofertan plazas en euskera, como Goiz Eder (Rochapea), Printzearen Harresi (Arrosadia), Lezkairu y Hello Buztintxuri, lo hacen en modalidad mixta, compartiendo espacios y tiempos con el castellano.
Un avance insuficiente y condicionado por la demanda
Desde Iruñeko Euskalgintza reconocen que ampliar la oferta tras años de parálisis es positivo, pero lamentan que el modelo de inmersión siga siendo una excepción y no se garantice en más barrios. «No se puede dejar el futuro del euskera en manos de la ley de la oferta y la demanda», afirman, insistiendo en que es responsabilidad de las administraciones garantizar que la lengua minorizada esté presente en todos los barrios, independientemente de las estadísticas sociolingüísticas o las preferencias individuales.
A su juicio, la política lingüística en educación debe tener como objetivo construir una sociedad más justa e igualitaria, y no limitarse a reflejar las situaciones de desigualdad preexistentes. Por ello, piden al Ayuntamiento un cambio de rumbo real, que lleve el euskera a todos los barrios y garantice el derecho de las familias a educar a sus hijos e hijas en esta lengua sin tener que desplazarse fuera de su entorno.
Críticas al PSN y al concepto de «convivencia lingüística»
En la nota de prensa, la asociación critica directamente la postura del PSN, cuya portavoz, Marina Curiel, ha defendido el acuerdo en rueda de prensa apostando por un modelo basado en la convivencia entre euskera y castellano, «alejando el debate lingüístico de la confrontación política». Sin embargo, desde Iruñeko Euskalgintza consideran que esa supuesta convivencia se traduce en desigualdad, ya que el euskera sigue sin tener una presencia normalizada en buena parte de la red municipal de escuelas infantiles.
Además, denuncian que la libertad de elección que el PSN dice defender no es real, ya que en muchos barrios directamente no existe la opción de escolarizar en euskera. «Hablan de libertad, pero obligan a las familias a recorrer kilómetros para acceder a un modelo en euskera, vulnerando así sus derechos lingüísticos», afirman.
«Hacer política lingüística también es hacer política»
Desde Iruñeko Euskalgintza recuerdan que, pese a las declaraciones institucionales sobre respeto y convivencia lingüística, el euskera sigue siendo una lengua marginada en la red de escuelas infantiles de Pamplona. Por ello, exigen al Ayuntamiento que deje de criminalizar y arrinconar el euskera y adopte de una vez por todas políticas activas para extenderlo a todos los barrios, garantizando una oferta educativa en euskera real, amplia y accesible.
«Hacer política lingüística es hacer política», concluyen, dejando claro que no actuar también es una decisión política, que perpetúa la discriminación histórica que sufre el euskera en Pamplona.