PAMPLONA, 19 (EUROPA PRESS)
El director general de Medio Ambiente del Gobierno de Navarra, Pablo Muñoz, se ha reunido este viernes con los alcaldes de San Martín de Unx, Francisco Javier Leoz; Ujué, Rubén Sánchez; Lerga, Ignacio Iriarte; Gallipienzo, Rubén Mateo; y Eslava, Ignacio Barber; para abordar la recuperación de los bosques quemados a mediados de junio, que se realizará de manera conjunta con las entidades locales propietarias de los montes.
En este primer encuentro, celebrado en el Ayuntamiento de Lerga, han participado también el director del Servicio Forestal y Cinegético, Fermín Olabe, además del técnico forestal de la zona y personal de Guarderío de Medio Ambiente. A lo largo de lo que resta de mes y el siguiente, el departamento se reunirá con el resto de ayuntamientos afectados para consensuar los pasos a seguir en la restauración forestal.
En el encuentro se ha contrastado con las entidades locales el proceso de los trabajos en los montes afectados por los incendios forestales. En la primera fase, relativa a la extracción de madera, ya se han finalizado los trabajos de inventario que han posibilitado que el Gobierno de Navarra haya autorizado la corta del arbolado. En estos momentos las entidades locales, como propietarias de esos montes, han comenzado los procedimientos de venta.
La segunda fase del proceso, que se inicia, aborda la restauración del terreno forestal quemado que «se decidirá tras poner en común con las entidades locales las alternativas existentes en relación a la recuperación de los montes afectados y, en todo caso, se respetará la decisión de cada entidad local en cuanto al futuro que desea para sus montes», ha indicado en un comunicado el Ejecutivo foral.
En la reunión se ha informado a los alcaldes que los montes cubiertos por coscojares, robledales y matorrales mediterráneos se prevé se recuperen de forma natural, principalmente por rebrote de estas especies. Esta recuperación se confirmará en la primavera del próximo año, momento en el que se podrá valorar la necesidad de realizar labores de acompañamiento a esa regeneración natural.
Por el contrario, el proceso es muy diferente en las masas forestales de coníferas afectadas y cuyo aprovechamiento se realizará en los próximos meses. «Muchas de esas masas forestales se repoblaron hace decenas de años, algunas hace 90 años, y los criterios forestales de entonces no tomaban en consideración otros aspectos de la gestión forestal que ahora sí se tienen en cuenta, tales como la prevención de incendios o el necesario impulso a la ganadería extensiva», explican desde el Gobierno.
Además, la recuperación natural de esos montes se prevé diferente dependiendo de la especie forestal afectada. Así, en las masas de pino alepo se considera que se obtendrá una «importante regeneración natural» con decenas de miles de plantas por hectárea ya que esta especie abre sus piñas cuando es afectada por el fuego. Sin embargo, y debido a las tormentas que se produjeron en los días posteriores al incendio, las semillas han podido ser arrastradas de unas zonas a otras y hasta la próxima primavera no se podrá determinar el grado de éxito de esa regeneración natural.
En las masas de pino laricio no se espera una importante regeneración natural y, por lo tanto, la recuperación de esas zonas será sometida a valoración junto a las entidades locales. Aquellas que presentaban un crecimiento satisfactorio «es factible que vuelvan a plantarse, aunque también podrá sustituirse por otras especies, bien plantadas o procedentes de la recuperación natural del monte».
Además, se ha trasladado a las entidades locales la importancia de generar «discontinuidades» en el monte, evitando formaciones arbóreas continuas de gran superficie, posibilitando la creación de mosaicos con otras especies, el silvopastoreo, fomentando la ganadería extensiva, puntos de agua, etc.