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Muere el anciano de 80 años gravemente acuchillado en la residencia de Cárcar

El otro anciano ahora en prisión será acusado de un delito de asesinato. Como se recordará el pasado 18 de diciembre, el investigado le asestó cuatro cuchilladas en el cuello, la cara, la cabeza y […]

El otro anciano ahora en prisión será acusado de un delito de asesinato. Como se recordará el pasado 18 de diciembre, el investigado le asestó cuatro cuchilladas en el cuello, la cara, la cabeza y la mano izquierda

El anciano de 80 años, Antonio Pueyo,  que permanecía hospitalizado desde el pasado mes de diciembre tras ser acuchillado por un compañero de residencia en Cárcar ha fallecido este fin de semana debido a las graves heridas que sufrió.  Así las cosas el presunto agresor, que permanece en prisión, será acusado de un delito de asesinato.

Como se recordará el pasado 18 de diciembre, el investigado le asestó cuatro cuchilladas en el cuello, la cara, la cabeza y la mano izquierda. En el auto de prisión, la magistrada relataba que sobre las 22.00 horas, el investigado, J. E. S., cogió un cuchillo —con filo a un lado de 12,5 centímetros de hoja y 2,2 cm. en la parte más ancha— que había comprado unas semanas antes en la localidad de San Adrián y acudió la habitación de A. P. R., quien se encontraba tumbado en la cama viendo la televisión y con la luz apagada.

Una vez dentro de la habitación de A. P. R., que precisa usar una silla de ruedas para desplazarse, el encausado se dirigió hacia la víctima, se acercó a la cama por la parte izquierda y, tras una discusión entre ambos, comenzó a asestarle diversas puñaladas. Una de ellas le alcanzó en el cuello, produciéndole un gran corte, otra en el lado izquierdo de la cara, la tercera en la parte superior de la cabeza y una cuarta en la mano izquierda, también de gran tamaño.

Al aparecer una enfermera y otro residente en la habitación de la víctima, el investigado se marchó. De camino a su habitación, y al pasar por el cuarto de geriatría, según consta en el auto, el imputado dejó el cuchillo en el lavabo de esta estancia y continuó hasta su habitación, donde se cambió de ropa y esperó sentado en la cama hasta que llegó la policía.

Para la juez, los hechos están indiciariamente acreditados por la declaración del investigado, quien en su comparecencia judicial ha reconocido que acudió a la habitación de la víctima con un cuchillo para pedirle explicaciones por unas acusaciones que había estado vertiendo sobre él durante los últimos dos meses “con la intención de darle su merecido”. Ese “merecido”, según él, consistiría en “pincharle” si no reconocía los hechos.

El encausado también ha reconocido que “pinchó” en varias ocasiones al otro residente con intención de “matarlo” y que dejó de hacerlo cuando acudieron la enfermera y otro compañero, momento en el que salió de la habitación, dejó el cuchillo en una toalla en otra habitación y se fue a la suya, donde se cambió de ropa y dejó la que llevaba en la terraza ya que estaba manchada de sangre.

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