La plataforma ciudadana Urbasa Andia Bizirik ha protestado este juenes en la oficina comarcal del Departamento de Desarrollo Rural y Medio Ambiente del Gobierno de Navarra en Estella para exigir la inadmisión del polígono eólico proyectado entre Azanza y Sarbil. Denuncian que el proyecto amenaza gravemente el patrimonio natural, los modos de vida rurales y los recursos hídricos del territorio.
Durante la comparecencia, miembros de la plataforma han hecho un llamamiento a la Administración foral para que «defienda, como es su obligación, al territorio y a las personas que vivimos en él», y actúe frente a lo que consideran «un nuevo intento de desarrollar macroproyectos energéticos en nuestros pueblos sin contar con su gente».
Desde Urbasa Andia Bizirik se han dirigido en primer lugar al conjunto del Gobierno de Navarra, al que reclaman «el rechazo del proyecto» y el desarrollo previo de una «planificación energética pública, democrática y participativa», como paso imprescindible antes de dar cauce a propuestas «que obedecen exclusivamente a intereses especulativos».
También han interpelado directamente al Departamento de Desarrollo Rural y Medio Ambiente para que declare la inadmisión del proyecto, alegando, entre otros motivos:por las afecciones medioambientales y a la biodiversidad que provocaría en el corredor natural entre el parque natural de Urbasa-Andia y el espacio protegido de las Peñas de Etxauri.
Además han advertido sobre el riesgo para el acuífero de Andia y el manantial de Arteta, considerados recursos estratégicos para la sociedad navarra, y han alertado sobre el impacto directo en la ganadería, agricultura y turismo rural, y el consiguiente deterioro de la calidad de vida de la población local. La privatización de facto de bienes comunales, al servicio de intereses privados, frente al uso tradicional y comunitario de estos espacios.
Por último, han pedido al Departamento de Industria que amplíe el plazo de alegaciones, mostrando su rechazo a que un proyecto de estas características se tramite en pleno verano y con un margen de solo 30 días para presentar objeciones: «Nos sentimos insultados cuando se nos reduce al papel de alegantes exprés en proyectos que se juegan el presente y el futuro de nuestros pueblos», han denunciado.
La comparecencia ha finalizado con una consigna clara y repetida por parte de la plataforma: «Renovables sí, pero no así».