Con la llegada de la primavera, llega también el cambio de hora y como consecuencia, adelantamos nuestros relojes una hora. Cada último fin de semana de marzo, coincidiendo con la madrugada del sábado al domingo a las 2.00h, entra en vigor lo que se conoce como horario de verano.
A las 2.00h. de la madrugada del sábado al domingo 30 de marzo de 2014, todos los relojes de los países miembros de la Unión Europea deberán adelantarse una hora.
Dicho horario, que consiste en ir 2 horas por delante del GMT (horario medio de Greenwich) se mantendrá en Europa hasta el último fin de semana de octubre, cuando volverá a entrar el horario de invierno, que se corresponde con 1 hora más que el GMT. Lo que se busca con este cambio horario es el ahorro energético, haciendo para ello coincidir lo máximo posible las horas de luz solar con el horario laboral.
De esta forma, adelantando nuestros relojes hacemos que no amanezca tan temprano y además alargamos las horas de sol por las tardes, con el consiguiente aprovechamiento de la luz solar para nuestras actividades.
Nuestro organismo no se «actualiza» automáticamente. Te damos algunos consejos para adaptarte al horario de verano. Los expertos recomiendan modificar los hábitos de sueño, comida, bebida y algunas aficiones para a afrontar este cambio. A continuación os ofrecemos una serie de consejos para afrontar el cambio de hora con alegría y que nuestro organismo se adapte lo más rápido posible al nuevo horario después de perder una hora:
- De cara a la noche del sábado, cuando perderemos una hora de sueño, lo ideal sería acostarse una hora antes de lo habitual si al día siguiente no vamos a poder levantarnos más tarde para poder dormir unas ocho horas.
- Los cambios naturales de luz a lo largo de las 24 horas ayudan al organismo a ajustar sus ritmos neurohumorales a las exigencias del día, por lo que es recomendable que nos de la mayor cantidad de luz durante el día.
- Para ayudar a la adaptación del reloj biológico es preferible evitar echarse la siesta durante unos días.
- El ejercicio puede ayudar a dormir, pero no es recomendable hacer justo antes de acostarse. Lo ideal es hacer entre 30 y 40 minutos de ejercicio diarios cuando todavía haya luz.
- Aunque normalmente tampoco es recomendable acostarse con el estómago lleno, los días posteriores al cambio horario es preferiblecenar hasta tres horas antes de irse a la cama.
- También es aconsejable, hasta que el organismo se haya acomodado al nuevo ritmo, evitar la cafeína durante varias horas antes de acostarse y limitar la ingesta de alcohol.
- Es totalmente contraproducente tener un televisor o trabajar en el dormitorio y es recomendable no utilizar el dormitorio hasta la hora de acostarse.
- El doctor Feinsilver asegura que podría ser bueno establecer una «hora de las preocupaciones» al menos una hora antes de acostarse «para escribir todas las cosas que le preocupen o que tenga que hacer al día siguiente». Una vez hecho eso, puede dejar de lado la lista y relajarse antes de acostarse.
- Del consejo anterior se desprende que no hay que realizar ningún trabajo en ordenador una hora antes de acostarse y que lo más recomendable es relajarse leyendo, escuchando música o viendo la televisión.
- Es probable que los días siguientes no tengamos hambre a nuestra horas habituales de comer pero hay que evitar cambiar los horarios de comidas. Es preferible ajustarse a la rutina: comer a la misma y no saltarse comidas, especialmente el desayuno, no cenar en exceso ni irse a la cama con hambre.
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