El mundial de fútbol femenino que se está disputando este verano en Francia está siendo una auténtica gozada para los espectadores que bien a través de la televisión o incluso de casas de apuestas como yobetit código de bono, han decidido ofrecerlo por streaming. No sólo por la calidad futbolística que se está viendo en muchos de los encuentros, sino porque las jugadoras más carismáticas que militan en cada una de las selecciones, están tomando el papel de las auténticas estrellas del deporte que son y que llevan años siendo, aunque antaño fuese en la sombra y fuera del clamor social de la mayoría.
Justo después de que la selección femenina brasileña de fútbol cayese eliminada en la prórroga frente a la anfitriona, que con el 2-1 logrado por A. Henry a los inicios de la segunda parte del tiempo añadido, apeaba de la competición a una de las favoritas para llevarse la copa a casa, la jugadora de la canarinha Marta Vieira ha dejado un emocionante discurso que pasará a los anales de la historia, ya no del fútbol femenino en Brasil o en el mundo, sino que trascenderá como un discurso motivacional capaz de servir de base en cualquier deporte de competición que se precie.
«Llorar al principio para sonreír al final»
La jugadora de 33 años que actualmente milita en el Orlando Pride de la liga estadounidense de fútbol femenino, fue entrevistada momentos después de que su equipo cayera ante las francesas, y el estado de emoción que la embargaba dio lugar a mucho más de lo que los telespectadores podrían haber esperado.
Sabedora de que probablemente este mundial ha sido una de las últimas oportunidades que va a tener para participar en torneos de este calibre estando en plenas facultades deportivas, la veterana atacante aprovechó para implicar a sus compañeras de profesión en la batalla que el fútbol femenino está librando en estos momentos.
Marta recordó a todas las jugadoras jóvenes que están empezando, que si quieren que el fútbol de competición entre mujeres crezca y llegue a niveles a los que nunca ha llegado antes, ese hecho estaba en manos de ellas mismas. Entrenamientos para poder jugar a tope no sólo 90 minutos, sino 30 minutos más si era necesario, darlo todo en cada una de sus oportunidades, sufrir en su preparación para disfrutar de sus frutos finalmente durante el juego. «Llorar al inicio para reir al final«, dijo la leyenda brasileña, que no podía contener las lágrimas de emoción por la derrota y por lo que le suponía a nivel personal ese momento.
El fútbol femenino crece en interés y en seguimiento
Este impresionante discurso de la influyente jugadora de Dois Riachos no ha podido llegar en mejor momento para el fútbol femenino. La Copa del Mundo de Francia está dando a conocer aún más a las jugadoras a nivel mundial, pero la Champions League femenina de este año ya ratificó hace poco que el interés por el fútbol de mujeres está creciendo.
A pesar de que el planteamiento de la campeona brasileña es más que correcto, y que funcionaría para cualquier deporte que quiera crecer en espectáculo y seguimiento por parte de la afición, es cierto que factores como el marketing, los derechos televisivos y los presupuestos con los que pueden contar las federaciones y clubes de cada país, puede que no estén en manos del esfuerzo de cada jugadora. Y eso supone invitablemente el impulso económico que todo evento deportivo necesita.
Es cierto que si todas las chicas que compiten en cada uno de los trofeos a los que se les da más visibilidad mejorasen su nivel y lo elevasen hasta puntos que rozasen o incluso superasen el de sus colegas varones, el espectáculo mejoraría muchísimo para todos los espectadores.
Pero si después las cadenas televisivas de los países no cubren la información en su totalidad, porque sus dirigentes piensan que no van a obtener el suficiente seguimiento todavía, o si los eventos futbolísticos deportivos femeninos no cuentan con facilidades de horarios para que las televisiones los retransmitan en prime time y en sus canales más prestigiosos, no servirá de nada que las chicas se presenten a la siguiente copa mundial habiendo sufrido los entrenamientos del mismísimo Cristiano Ronaldo en sus cuerpos, o hayan practicado lo suficiente como para llegar a la habilidad con la pelota del argentino Leo Messi.
El crecimiento del fútbol femenino será, como es lógico, cosa de todos: jugadoras, espectadores, patrocinadores, cadenas de televisión e incluso gobiernos.