El filial del Alavés logra ascender de categoría tras empatar en Tarazona
Por fin el trabajo de toda la temporada tuvo ayer su premio en Tarazona. El filial del Alavés, con Iñaki Alonso a la cabeza, lograba ascender a Segunda B.
Un broche de oro que desató la locura entre los allí presentes. Y es que se trataba de un partido crucial, donde los vitorianos demostraron valor y salieron a por todas. En frente tenían a un rival experimentado, pero que no supo controlar bien los nervios, a pesar de propiciar un par de ocasiones claras en los primeros minutos de juego. Una de ellas, desafortunadamente, acabaría en gol de la mano de Ballarín.
Aún así, los albiazules no se rindieron y su esfuerzo tendría recompensa antes de llegar al descanso. Sarriegi lograría, de un testarazo, igualar marcadores y, de nuevo, la eliminatoria de cara.
Tras el descanso, los de David Navarro subieron la intensidad y volverían a dominar el encuentro. Un encuentro que se volvió duro y lleno de faltas por momentos dejando patente la importancia del choque. Sería en el 80 cuando todo se descontroló. Los de Tarazona se quedarían con diez tras la expulsión directa de Antonio y minutos después cometerían penalti sobre Lupu, que acabaría transformándolo y adelantando de nuevo a los alaveses.
Volvían en ese momento los nervios y, tras de nueve minutos de descuento, los locales igualarían el resultado con un gol surrealista de Gassama. Ya no habría tiempo para más y la locura se desataba en el banquillo visitante. Por fin el «Miniglorias» ascendía de categoría.