Tras dedicar el inicio de fiestas a sanitarios y enfermos con ELA, afirma que «hay mucha gente buena en este mundo»
PAMPLONA, 9 (EUROPA PRESS)
El exfutbolista y exentrenador Juan Carlos Unzué ha lanzado este miércoles con «emoción» el chupinazo que ha abierto los Sanfermines de 2022 y ha afirmado que el momento ha sido «inolvidable».
«Es muy bonito, es difícil de explicar, al final es una experiencia que no has vivido nunca, ver este ambiente. Desde la calle o en los vídeos impone, pero verlo desde aquí arriba en perspectiva, y mirar a la cara de los chicos y de las chicas que están allí abajo y ver la ilusión, las ganas de disfrutar de nuevo de San Fermín, es inolvidable», ha afirmado en declaraciones a los medios de comunicación tras prender la mecha del cohete que ha abierto los Sanfermines.
Juan Carlos Unzué, que se encuentra inmerso en la labor de dar visibilidad a la ELA, enfermedad que padece, ha pasado más de 20 minutos en el balcón de la plaza Consistorial, contemplando el ambiente antes, durante y después del chupinazo, con las miles de personas que aguardaban el inicio de los Sanfermines. «Esto no se va a volver a repetir, había que aprovechar a ver el ambiente y sentir esa emoción», ha señalado Unzué, que ha acudido al Ayuntamiento acompañado de familiares y que ha sido recibido por aplausos por los invitados.
«He sido portero en mi época de vivir lejos de la portería, cuando no salían mucho los porteros, o sea que lo de estar abierto a lo que venga ya lo tenía siempre cuando jugaba», ha explicado, sobre los minutos que ha pasado en el balcón.
Antes de lanzar el chupinazo, ha dedicado ese momento a los profesionales sanitarios y a los enfermos con ELA. «Esta noche pasada tenía claro lo que quería decir. Al final, les hemos hecho saber -a los profesionales sanitarios- lo que les queríamos durante la pandemia, pero no nos podemos olvidar, porque son las personas que realmente nos dan la posibilidad de vivir, de vivir en mejores condiciones, de cuidarnos, de hacer muchas cosas que incluso a nuestra gente más querida le costaría. Creo que hay que agradecerlo», ha dicho.
Además, ha afirmado que él ha estado en el balcón «pero he tratado de representar a todas y todos mis compañeros de enfermedad». «Espero que se hayan sentido bien representados. Hemos tenido la posibilidad de visibilizar un poco más esta causa tan complicada. He tratado de representar y representar bien a todos mis compañeros y compañeras de enfermedad, ese era mi propósito. He hablado de los sanitarios, de las personas que se dedican a cuidar personas, he hablado de mis compañeros de enfermedad, pero hay mucha gente buena en este mundo que a veces no sé si no nos gusta contar eso que hacemos bien, o las cosas maravillosas que hay, y nos gusta más el morbo de lo negativo. Creo que hay que agradecerle a la gente que realmente se comporta de una manera honesta y ayuda a los demás, que se haga saber más, y que les animemos y estemos detrás de ellos», ha subrayado.
Unzué ha dicho que ha sentido «emoción» en el momento del chupinazo, «en el fondo es sentirte muy bien, es algo nuevo y he tratado de disfrutarlo al máximo».
No obstante, ha explicado que no se le ha escapado ninguna lágrima. «Siempre digo que soy más bien frío. Después me emociono, estoy viendo una serie o una película y de pronto me pongo a llorar, pero curiosamente con todas estas cosas me cuesta, pero una cosa es lo que pueda expresar y exteriorizar a través de las lágrimas y otra cosa es lo que uno siente dentro, y la satisfacción, el orgullo que he sentido hoy, es difícil que lo vuelva a sentir», ha explicado.
Juan Carlos Unzué ha afirmado que «es un poco todo lo que vengo viviendo estos últimos dos años». «Yo creo que necesitamos todas las personas tener unos objetivos, ser un poco ambiciosos, para encontrar también una motivación cada día que nos levantamos y para seguir adelante. Es verdad que muchas veces cerramos esos objetivos siempre con una idea muy material en muchos casos y mis objetivos de vida ya no están relacionados con conseguir algo material, sino que lo que estoy recibiendo es afecto, es cariño, es respeto, y eso son emociones, sentimientos, que son difíciles de igualar», ha subrayado.
Sobre si es más fácil ser portero o lanzar el chupinazo, Unzué ha señalado que ser portero «requiere de un gasto, de una necesidad física, esto más que física, por suerte, con esta silla fantástica que me han preparado aquí en el ayuntamiento, hemos podido verlo y disfrutarlo de una manera mucho más sentida». «Cambia mucho desde arriba -ver el chupinazo-. Pasa también en los partidos. Cuando eres entrenador eres consciente de que en el banquillo no se ve prácticamente nada, es un poco lo que habrá sentido la gente cuando estás abajo. Verlo todo con perspectiva y con un poco de altura evidentemente facilita y se puede disfrutar más», ha destacado.