La Policía Foral ha advertido de que el aumento de personas en el medio natural, acompañadas con sus perros de compañía, ha incrementado proporcionalmente las molestias y los ataques provocados por éstos al ganado -ovejas, vacas y yeguas- que pasta en el entorno.
Desde la Brigada de Protección Medioambiental se ha subrayado que se trata de ataques producidos por perros habitualmente utilizados como mascotas en entornos urbanos, donde siempre deben ir atados, y que al llegar al medio rural sus poseedores los dejan sueltos sin el debido control, comportándose entonces llevados por su propio instinto natural.
Las consecuencias que se derivan de esos ataques llegan a la muerte de ejemplares, tanto por heridas producidas por mordeduras, como por asfixia o despeñamiento al intentar huir de los perros. Asimismo, el estrés sufrido por el hostigamiento a hembras preñadas puede tener consecuencias posteriores que derivan en abortos.
Según ha informado la Policía Foral, además de la correspondiente indemnización por los daños ocasionados, los propietarios de los canes se enfrentan a una multa de 1.001 a 6.000 euros, por una infracción grave contemplada en el artículo 26.2.s) de la ley foral 19/2019 de Protección de los Animales de Compañía en Navarra.
La Policía Foral ha explicado que «el poseedor o propietario de un animal es responsable de adoptar las medidas necesarias para evitar que la posesión, tenencia o circulación de los animales pueda suponer peligro o amenaza, ocasionar molestias, o causar daños a las personas, a otros animales de compañía o de producción o a las cosas», según se indica en el artículo 6.9 de dicha normativa.