Tres monjes han dormido en el monasterio con el acuerdo con la Policía de salir inmediatamente si existía riesgo por el incendio
LEIRE, 16 (EUROPA PRESS)
Juan Manuel Apesteguía, padre abad del monasterio de Leyre que ha pasado noche en el lugar junto a otros dos monjes, mientras que el resto han sido desalojados por el incendio forestal que afecta a la Sierra de Leyre, ha afirmado que no han vivido la noche con nerviosismo pero sí con preocupación por los daños que pudiera sufrir el entorno.
«Nerviosismo, no, siempre tienes la preocupación lógica de que no sufra daño el entorno, el monumento. Es un lugar muy emblemático en Navarra, muy querido por todos los navarros, en Leyre se da cita el entorno natural que es precioso, la historia, el arte, y lógicamente esto nos preocupaba, que no sufriera un deterioro», ha afirmado Apesteguía en declaraciones a Europa Press.
El padre abad ha explicado que «ayer a primera hora de la mañana ya nos dimos cuenta de que había un incendio, parece ser que fruto de una tormenta eléctrica, y al final se produjo este incendio, pero no nos pareció que iba a alcanzar las dimensiones que finalmente ha tomado, pero a lo largo de la jornada nos dimos cuenta de que era más seria la cosa de lo que habíamos valorado al principio». «El Gobierno de Navarra, la Policía Foral, los efectivos correspondientes, ya nos avisaron de que por seguridad ciudadana convenía desalojar el monasterio, y en fin, nos pareció que nuestro deber era colaborar sin poner pegas», ha señalado.
Apesteguía ha explicado que muchos de los monjes recordaban que hace 30 años «tuvimos un incendio también aquí en la muga del monasterio y entonces nuestra colaboración consistió en ayudar a los bomberos a mover las mangueras y al final conseguimos hacia las tres de la mañana apagar el fuego». «En esta ocasión no nos tocaba mover mangueras, pero se nos pedía desplazarnos, y con la misma sencillez para colaborar lo hemos hecho. Tres monjes nos hemos quedado aquí en Leyre para atender lo que hiciera falta y el resto han sido acogidos con mucha generosidad y hospitalidad por los Padres Jesuitas de Javier», ha apuntado.
Ha precisado que los tres monjes que han dormido en el monasterio habían acordado con la Policía que si había peligro «nos iban a dar aviso inmediatamente y nosotros salíamos inmediatamente». «Yo he tenido el teléfono en la cabecera de la cama, hemos descansado con normalidad, entre comillas, había que descansar para estar al día siguiente bien y siempre a la espera posible de una urgencia dispuestos a salir inmediatamente, pero gracias a Dios no ha sido así», ha afirmado.
Apesteguía ha explicado que «entre nosotros comentábamos que hace 30 años nos pasó una cosa curiosa». «La mayor parte de la comunidad fuimos a ayudar a los bomberos, y hubo un padre mayor que estaba casi ciego que se quedó a los pies de las santas Nunilo y Alodia, las mártires del siglo IX, que según la tradición la mujer del Rey Íñigo Arista las trajo aquí a Leyre. Este padre se quedó allá rezando ante las santas y el viento cambió. Entonces, en vez de traer las llamas hacia el monasterio, tiró hacia lo quemado, con lo cual, facilitó la tarea. Todos nos acordábamos de aquellos años y en nuestro corazón les pedíamos a las santas lo mismos, que el viento otra vez nos fuera favorable, por supuesto, sin perjudicar a nadie y sin riesgo para nadie, y así ha sido, ha cambiado el viento y gracias a Dios, dentro de lo difícil de la situación, y de las complejidades que se crearon, ha evitado un peligro para este lugar tan querido y emblemático», ha explicado el padre abad, que ha añadido que han rezado más de lo habitual. «Es lo que nos toca», ha afirmado.