Buenos días, Sr. Herranz. El Banco de España estima un déficit de 600,000 viviendas para 2025. ¿Cómo afecta esta situación al sector inmobiliario y a la economía en general?
Buenos días. Esta situación tiene un impacto significativo en el sector inmobiliario y en la economía. La demanda de nuevas viviendas está creciendo más rápido que la oferta, lo que provoca una presión alcista sobre los precios y dificulta el acceso a la vivienda para muchas personas.
La cifra de nuevas viviendas terminadas ha disminuido drásticamente desde la crisis de 2008. ¿Cuáles son los principales factores que contribuyen a esta falta de oferta?
Hay varios factores en juego. En primer lugar, la escasez de suelo finalista y la complejidad de los procesos para adquirir y desarrollar nuevo suelo urbano son obstáculos significativos.
Además, enfrentamos una falta de mano de obra cualificada en el sector de la construcción, lo que retrasa los proyectos.
El aumento de los costes de producción también ha afectado, haciendo que muchos proyectos no sean viables económicamente.
El Banco de España menciona que la capacidad de atender la demanda mediante la rehabilitación de inmuebles o la incorporación de viviendas vacías es limitada. ¿Qué medidas podrían adoptarse para solucionar este problema?
Es cierto que la rehabilitación y la incorporación de viviendas vacías tienen un impacto limitado. Para abordar el déficit de manera efectiva, necesitamos un enfoque multifacético. Es crucial agilizar los procesos administrativos y fomentar la colaboración público-privada para facilitar el acceso al suelo urbanizable. También debemos invertir en formación para atraer y retener talento en el sector de la construcción. Además, se podrían explorar incentivos fiscales para fomentar la construcción de nuevas viviendas y la rehabilitación de inmuebles existentes.
¿Cree que el sector inmobiliario está preparado para aumentar la producción de viviendas y cumplir con la demanda proyectada?
El sector tiene la capacidad y la voluntad de responder a la demanda, pero necesitamos un entorno favorable para hacerlo. Esto incluye un marco regulatorio más flexible, acceso a financiación asequible y políticas que promuevan la innovación en la construcción. Con las condiciones adecuadas, podríamos aumentar significativamente la producción de viviendas y contribuir a solucionar el déficit actual.