La fantasía, el humor y el terror gótico sobrevuelan a lo largo de los diversos cuentos
La obra de grandes escritores ingleses como Agatha Christie o Charles Dickens le han servido como brújula desde siempre al escritor Mark Debrest para adentrarse en la literatura. Ya publicó Las muñecas: tres narraciones breves fantásticas y Soledades: cuatro narraciones breves fantásticas en el año 2018; y 7 casos para el inspector Carmichael así como 14 microrrelatos fantásticos y otros relatos en el año 2019.
En todos ellos se observan siempre retazos de lo sobrenatural en ambientes cotidianos contextualizados principalmente en Gran Bretaña, lugar también protagonista en la mayoría de los relatos de su último libro14 microrrelatos fantásticos y otros relatos (Editorial Caligrma).
Aunque, más concretamente, también se saborean el aire culturalmente rico de París, la verde pradera de Irlanda, la traslúcida Londres y la cosmopolita Barcelona en este recién publicado título.
«La gente está cansada de la dura realidad del día a día. Y si hay problemas añadidos, como ahora con la pandemia del covid-19, pues todavía más. Por eso, el elemento imaginativo, ficticio, fantástico e irreal es muy atrayente y necesaria para el lector/a».
Situando al lector en estos enigmáticos destinos Mark Debrest presenta siete microrrelatos de humor, siete microrrelatos dramáticos y tres últimos relatos misteriosos, cuyo vínculo es el género fantástico. Niñas, jóvenes y personas ancianas, principalmente, se ven influenciados, de alguna manera por elementos que rompen con su mundo conocido.
«Para mí, la inspiración de la trama y de los personajes es un arte, pues deben tener profundidad, encanto y misterio. Deben emocionarte, y si no te emocionan, al menos deben impactarte de alguna manera. Lo más bonito, importante y difícil es que, al leerlas, te eleven espiritualmente».
De tal manera que el factor imaginativo, junto con los diálogos, que están presentes a lo largo de las historias, hacen pasar un buen rato al lector para alejarlo de la realidad, tal y como ocurre con sus personajes.
Desde una mujer que usa la baraja española para conocer a las personas; pasando por premoniciones y niñas con habilidades sobrenaturales hasta personajes que tienen encuentros con fantasmas o que mueren de miedo.
Así se presentan de emocionantes las historias de Mark Debrest en donde también existen referencias a los cuentos clásicos, a la mitología, a escritores británicos y a la generación de su abuela a quien observaba jugar a las cartas mientras él miraba, tímido, la majestuosidad de la alegría de vivir con las pequeñas cosas.
«Este libro es un homenaje a mi abuela y a toda una generación que ya no existe y que echo mucho de menos. Y sí, la ancianidad trae sabiduría, experiencia y nostalgia. Y quería reflejarlo en mi obra».
Un libro más que recomendable para aquellos lectores en crisis que no encuentran una lectura que les distraiga y les divierta.
Pues leer los relatos que ha escrito Mark Debrest es traspasar fronteras más allá de las paredes de una casa, es volar hacia otros lugares para ser partícipes de las historias tan intrigantes y misteriosas que confluyen en el libro, y también es abrir una puerta a la fantasía y a la creatividad, que normalmente permanecen dormidos, para disipar la rutina diaria.
«La literatura ayuda a conocer el mundo que nos rodea. Aunque a veces, la realidad sea durísima. Por ese motivo prefiero quedarme otra vez con la fantasía e ilusión y no sufrir con la realidad».
Casualidades indescifrables, situaciones cómicas, encuentros con el más allá, personajes con dones especiales, niños que quieren deshacerse de sus pecas o dibujos que se transforman en personas son algunos de los elementos que hacen de14 microrrelatos fantásticos y otros relatos un libro peculiar lleno de claroscuros cuya lectura no debe hacerse esperar.
No solo la trama es deleitable, sino que los finales resquebrajan la intuición del lector para sorprenderlo en cada uno de ellos y dejarlo absorto hasta llegar a la última página.
Una colección de microrrelatos y relatos para leer de una sentada o para disfrutar poco a poco, como los pequeños placeres de la vida.
Fuente Comunicae