Durante esta semana y la que viene, trece jóvenes de Alemania, Bulgaria, Estados Unidos, Francia, Honduras, India, Jordania, Pakistán, Polinesia Francesa, Reino Unido y Taiwán, que están realizando sus estudios de especialización en diferentes áreas relacionadas con el patrimonio cultural, participan en un Campo de Voluntariado del Patrimonio Mundial, que lleva por título Un muro que nos une / A wall that connect us.
Por segundo año consecutivo, esta actividad, diseñada y desarrollada por la Fundación San Millán de la Cogolla, es una de las tres que la Unesco ha elegido en España para incluirla en su programa de Voluntariado del Patrimonio Mundial (las otras dos son un proyecto sobre la arquitectura mudéjar de Aragón y otro sobre Risco Caído y las Montañas Sagradas de Gran Canaria).
La Campaña Voluntarios del Patrimonio Mundial tiene como objetivos: sensibilizar a los jóvenes, a las comunidades locales y a las autoridades en la necesidad de proteger y promover el Patrimonio Mundial; involucrar a los jóvenes en la preservación del Patrimonio Mundial a través de proyectos concretos en Sitios Patrimonio Mundial; empoderar a los jóvenes permitiéndoles aprender habilidades en preservación básica y técnicas de conservación y aumentar su capacidad como futuros tomadores de decisiones y ciudadanos activos globales; fortalecer la cooperación sostenible entre organizaciones sin fines de lucro, Sitios, comunidades y autoridades; identificar las mejores prácticas y desarrollar herramientas educativas no formales para facilitar la participación de las partes interesadas en la educación sobre el Patrimonio Mundial; transversalizar la igualdad de género en todas las etapas de los proyectos y la diversidad geográfica entre los bienes del Patrimonio Mundial donde tienen lugar los campos de acción.
El campo de trabajo de San Millán cuenta, como ya ocurriera el año pasado, con la colaboración de la Subdirección General de Gestión y Coordinación de los Bienes Culturales del Ministerio de Cultura y Deporte, de los Agustinos Recoletos de Yuso, del Ayuntamiento de San Millán, la organización European Heritage Volunteers, la Cátedra Unesco “Earthen architecture, building cultures and sustainable development” de la Universidad Politécnica de Valencia, la asociación Meshtra-Traditional Knowledge and Crafts de Bulgaria y los vecinos de San Millán. Está dirigida a estudiantes de máster o doctorado y a jóvenes profesionales del sector del patrimonio cultural procedentes de países diferentes, así como a la comunidad local.
Este Campo de Voluntariado del Patrimonio Mundial se integra dentro del programa de educación patrimonial Emilianensis. Descubre los monasterios de La Rioja, creado y liderado por la Fundación San Millán en 2007, que ha sido reconocido en dos ocasiones (2011 y 2021) con el Premio Europa Nostra. Este es un programa basado en una visión holística del patrimonio cultural, que busca establecer o restablecer los vínculos entre los bienes culturales y las personas, fomentar la sensibilización y participación ciudadana en todo lo que concierne a dicho patrimonio, así como garantizar su conservación y su disfrute. Todo ello con el fin último de favorecer el desarrollo cultural, social y económico del territorio donde se ubica.
La actividad de este año es la segunda fase del programa iniciado en 2021sobre la cerca histórica del monasterio de Yuso. Se ha elegido la cerca como objeto de estudio para llamar la atención sobre la importancia de algunos elementos patrimoniales, en cierta forma invisibles, y comenzar un proceso de estudio, recuperación y puesta en valor de los mismos, así como de sensibilización de la comunidad local y de las administraciones públicas. El conjunto monástico emilianense no solo consiste en los propios edificios religiosos; también comprende una variedad de edificios y unidades más pequeñas, que dan testimonio del hecho de que los monasterios no solo eran lugares para la vida religiosa, sino también centros económicos que tenían relevancia para toda la región. El conjunto incluye hasta hoy numerosos establos, graneros y otros edificios agrícolas, así como componentes para funciones muy específicas, como un nevero, una calera o un molino. Junto al monasterio de Yuso, el elemento más impresionante es el muro histórico que rodea el conjunto y tiene una longitud total de varios kilómetros y una altura de dos a más de cinco metros.
Durante el campo de voluntariado de 2022, se documentarán en detalle aquellas partes del muro que separan el entorno urbano del espacio monástico, un tramo de casi dos kilómetros de longitud. La documentación seguirá los estándares de documentación patrimonial e incluirá documentación fotográfica, dibujos y una parte verbal, tal y como se hizo en la campaña de 2021.
Los participantes trabajarán en grupos, cada uno de los cuales tendrá dos tareas: una tarea estará relacionada con la composición original de la cerca – como la cimentación, la elevación, la parte superior de la pared, etc.– y la otra relacionada con el estado de conservación y con cuestiones tales como problemas estático-constructivos, intervenciones posteriores, degradación y aspectos similares. Al terminar se elaborará un documento final donde se recopilarán todos los aspectos estudiados y que servirá de guía para plantear intervenciones de conservación posteriores, pero también como una herramienta para crear conciencia entre la población sobre cómo evitar intervenciones inadecuadas. El proceso de documentación estará dirigido por una especialista en conservación de la Universidad Politécnica de Valencia.
El proceso formativo se completará con un rico programa educativo sobre la Convención del Patrimonio Mundial, el plan de gestión de los Monasterios de Yuso y Suso, la documentación de estructuras históricas y el valor del Patrimonio Mundial para la sociedad, entre otros aspectos. Una excursión de todo un día por la región de La Rioja permitirá familiarizarse y debatir sobre las diferentes prácticas de intervención en diversos espacios patrimoniales. Junto a estas actividades de sensibilización se realizarán actividades de socialización para promover la relación entre los jóvenes voluntarios y la comunidad local y de comunicación para difundir el proyecto a nivel local, nacional e internacional.
Este proyecto nace para dar respuesta a una problemática detectada a nivel local pero que es común a otros municipios de similares características en el contexto español y europeo: el deterioro y la pérdida del patrimonio cultural material e inmaterial en el medio rural debido a la despoblación. Por este motivo, al igual que en 2021, se organizarán una serie de acciones para implicar a lo largo del proceso de desarrollo a distintos sectores de la sociedad y para evaluar los resultados obtenidos.
Se continuará el proceso de evaluación iniciado en 2021 y se realizarán una serie de entrevistas a diferentes miembros de la comunidad local para definir sus preocupaciones, intereses y necesidades en relación con el patrimonio cultural de su entorno. Teniendo en cuenta los resultados de la campaña anterior, se reforzarán las acciones de participación de la comunidad local, ya que en 2021 debido a la pandemia hubo que mantener una cierta distancia con los vecinos y vecinas. No obstante, se celebró una presentación final de los resultados en la que participaron más de cien vecinos que mostraron gran interés por el proyecto y pidieron su continuidad.
Así pues, a lo largo del desarrollo del programa se realizarán actividades en las que colaborarán vecinos del municipio, a título individual o a través de asociaciones, con los jóvenes voluntarios profesionales del patrimonio cultural. Los vecinos actuarán como informadores/formadores de los voluntarios, transmitiéndoles el conocimiento sobre su patrimonio material e inmaterial (ejemplo: cómo se hacía la cal, cómo es la vida de las mujeres en este territorio, cómo se trabaja la huerta, cómo era la vida antes del éxodo rural, cómo han vivido la pandemia…). Los jóvenes documentarán este conocimiento y lo incorporarán a sus trabajos de investigación, y los resultados logrados se difundirán a través de diferentes medios a nivel local, nacional e internacional. En la campaña de 2022, se implicará en el proyecto a los alumnos del CRA Entrevalles (escuela rural de San Millán de la Cogolla) organizando dos jornadas de encuentro de los niños con los voluntarios.