Esta misma semana, la vicepresidenta primera del Gobierno y secretaria de Igualdad del PSOE, Carmen Calvo, pedía aunar esfuerzos al resto de fuerzas políticas con el objetivo de aprobar una ley con la prostitución y la trata de mujeres con fines de explotación sexual.
En su intervención durante la jornada organizada por el propio PSOE La España que hacemos: libre de trata y prostitución, la vicepresidenta primera afirmó que este país tiene que “construirse contra la trata y contra la prostitución de las mujeres y los menores” con una legislación centrada en la “protección de los derechos humanos de las mujeres” que “impida este horror”.
Según Calvo, la prostitución “viene a decir que nuestra sexualidad está a disposición de los varones y que somos una mercancía que se compra y se vende”, a lo que agregó “somos abolicionistas”. Y es que Calvo considera que la trata es una consecuencia de la prostitución: “no nos engañemos, hay trata porque hay prostitución. Si no hay prostitución, no hay trata”.
Las palabras de Carmen Calvo tuvieron lugar tan solo unos días después de que el Ministerio de Igualdad de Irene Montero anunciase la puesta en marcha de los trabajos para elaborar una ley integral contra la trata.
La respuesta de las trabajadoras sexuales
El debate en torno a la prostitución lleva meses estancado después de reavivarse debido a la pandemia, un periodo en el que numerosas agrupaciones en defensa de las trabajadoras sexuales han clamado por un reconocimiento de sus derechos como trabajadoras ante la grave situación de desprotección y abandono que sufren y que les ha convertido en uno de los colectivos más vulnerables durante la crisis sanitaria. “Los políticos y la sociedad no terminan de comprender que el debate está equivocado, que por un lado está la trata y por el otro la prostitución, no se pueden abordar a la vez”, afirma Marian, escort en La Rioja, y añade que “si se dedican a poner leyes en contra de una profesión que muchas hemos elegido, ¿Qué van a hacer con nosotras? Porque durante la pandemia se ha hablado mucho, pero ayuda nos ha llegado poca y si no nos echan una mano con una pandemia, veremos después”.
En este sentido, la vicepresidenta primera del Gobierno manifestaba que se deben poner los esfuerzos en impedir que se llegue a la prostitución con políticas sociales y de prevención que ofrezcan a las prostitutas una alternativa de “verdadero trabajo, porque la prostitución no es trabajo, es esclavitud”, una afirmación con la que numerosas trabajadoras sexuales no están de acuerdo: “yo ejerzo un trabajo, así lo considero y así lo elegí, me gustaría que no se nos metiera a todas en el mismo saco porque lo que consiguen es marginarnos y criminalizarnos a todas”, sentencia Macarena, que ejerce la prostitución desde hace 5 años en La Rioja.