
Un repaso a las principales opciones disponibles a la hora de aumentar la temperatura de la vivienda
El cambio de temperatura ya ha llegado. El invierno todavía no se ha estrenado, pero el otoño nos prepara con creces para la estación más fría del año con unos descensos en los termómetros que son realmente importantes. Las calles se vuelven lugares donde es mejor estar poco tiempo, y los hogares deben estar más preparados que nunca para evitar que la comodidad se vaya al mismo lugar que las temperaturas cálidas del verano.
Mantas, batas y todo tipo de medios se utilizan actualmente en los hogares para evitar que el frío sea castigue tanto como podría. No obstante, el remedio que más popularidad está alcanzando en la actualidad es la calefacción central. Un sistema que regula las condiciones térmicas de las diferentes habitaciones de la vivienda para que la temperatura se conserve siempre dentro de unos márgenes estables, pero que también puede ser sustituido por otras soluciones más prácticas, sencillas y tradicionales.
Medios tradicionales para combatir el frío en el hogar
Tan solo tenemos que pensar en las tradicionales estufas de madera. Esos aparatos de hierro, preparados para albergar en su interior leña de árboles o cualquier otro tipo de madera. Su funcionamiento es extremadamente sencillo, solo necesitan que se introduzca madera en la ranura habilitada para ello y que, posteriormente, se proceda a la combustión para que emane el calor.
El problema de este sistema es, sin ir más lejos, que dicha combustión provoca unas emisiones de gases que son totalmente peligrosos para el ser humano. Es necesario colocar un tiro o cualquier fuga para que el humo salga al exterior y no perjudique a los habitantes de la casa o a cualquiera que haya en ella mientras está en funcionamiento.
Una alternativa bastante diferente a esta son las estufas de queroseno. Son pequeños aparatos que no suelen tener una dimensiones demasiado pronunciadas y que, aunque no se usan demasiado en Europa, sí que gozan de gran popularidad en Hispanoamérica. Su sistema, que consiste en aprovechar este gas para emitir calor, permite su uso sin problemas en cualquier parte del hogar.
La ventaja de estos aparatos, además de su considerable capacidad calorífica, es su movilidad. Al ser de tamaño reducido, pueden desplazarse por la vivienda sin problemas. No obstante, es sumamente importante no cubrirlos con ningún tipo de material para evitar cualquier combustión no deseada.
Una de las alternativas que más fama está consiguiendo en los últimos años es la estufa de pellet. Esta tiene a su favor el uso del pellet, un componente biodegradable que procede, además, de la biomasa, como principal combustible. Es un remedio práctico, eficaz y rápido, que consigue un aumento de la temperatura bastante notable en muy poco tiempo.
Su principal ventaja frente al resto es que no emite gases nocivos de ningún tipo y que, aunque requiere del uso de una pequeña caldera central donde se quema este componente, su calor puede distribuirse también por diferentes salas a través de pequeñas fugas guiadas.
Un sistema positivo para el medioambiente tanto por la elaboración de su principal componente como por la nula emisión de gases nocivos para el entorno. En este último punto, coincide con las chimeneas de bioetanol, aunque la diferencia principal reside en que estas últimas recurren a un líquido con un origen bastante distinto al del pellet.
Lo mejor de las chimeneas de bioetanol es que tampoco emiten gases peligrosos para las personas, por lo que no necesitan realizar ningún tipo de obra en el hogar para echar el humo al exterior (de hecho no generan humo). Por otra parte, esto hace algo más peligroso su uso, ya que suelen aprovecharse también como elemento decorativo, dejando las llamas sin protección alguna.
Hay muchas opciones diferentes en el mercado actual, y todas ellas consiguen hacer que la temperatura en el interior de cualquier vivienda diste mucho de rozar esos mínimos que registran los termómetros de la calle. Elegir una u otra depende tanto de las preferencias que se tengan como de la intención de realizar una obra o el capital económico del que se disponga.
Cada alternativa tiene sus más y sus menos aunque, a pesar de ello, en la mayoría de ocasiones nos topamos con más ventajas que inconvenientes. De ahí que se sigan utilizando con tanta asiduidad en la inmensa mayoría de hogares de todo el mundo.
La calefacción central es una buena opción, pero su consumo energético y la necesidad de preparar las instalaciones de toda la casa para utilizarla es algo que se escapa de muchos bolsillos. Requiere más de lo que parece a priori, sobre todo si hablamos de viviendas que no han sido preparadas de antemano para albergar los conductos y todo lo necesario.
Me ha parecido un artículo genial, aver si la gente empieza a ser más consciente de todas las opciones de las que disponemos para calentar nuestro hogar y no se va siempre a lo típico… Me ha gustado mucho el artículo, lo comparto en mis redes para que le sirva a mis amigos.